A ver. No vuelvo a contestar tuits en plan lúdico-festivo sin haber sido invitado.
Verás, sigo a @PelosBi, y él a mí. Así, entrando en mi TL todo ocioso vi este tuit de @mirrocafort, que venía retuiteado por @PelosBi.
Estoy sin palabras. No sé si podré superar esto. Puede ser mi final como opinante. http://t.co/iYkGXFyV6B
— maria mir-rocafort (@mirrocafort) abril 8, 2015
Naturalmente, este tuit despertó mi curiosidad, y seguí el enlace. Se trataba de un artículo sobre unos encuentros de espiritualidad organizado por Podemos.
Yo soy de esa gente que se lee los artículos, más que nada para amortizar aquel cursillo de lectura rápida que hice hace treinta años. El caso es que en el artículo se refieren las actividades que se realizarán, y entre éstas se mencionan los debates. Llama la atención la referencia al debate con una “discípula del silencio”, algo que tuvo que chocar al periodista para mostrarlo entrecomillado.
Y uno, en su ignorancia, como os manifesté en el tuit de retracto, visualizó ese debate llamativo entre personas ansiosas de saber y la “discípula de silencio”, ejerciendo su muda disciplina con pertinaz contumacia. Y eso es lo que me hizo gracia, y lo que os comenté en el tuit jocoso que tanto os desconcertó:
.@mirrocafort @PelosBi Intrigante una mesa redonda con una “discípula del silencio”. Que se acabe sin conseguir arrancarle una palabra. — Diego Buendia (@dbuendiab) abril 8, 2015
En resumen, que era una tontería. Sí. Lo que me deja un poco perplejo es que no me entendiérais. A lo mejor es que no llegásteis a leer el detalle del artículo, con lo que lo de la “discípula del silencio” queda un poco cojo.
Y si queréis ampliar conocimientos sobre esto de la “Escuela del Silencio”, en la web de los dominicos he encontrado este enlace.
A ver si me he explicado mejor ahora.